
Indice
Mindfulness para los dolores
la mayoría de las personas experimentan algún tipo de dolor físico a lo largo de su vida.
La autoobservación en el mindfulness para los dolores es determinante para tu propio cuerpo y te permite ser consciente de lo que te duele y dónde te duele.
Primero debes determinar si es un dolor agudo o crónico. El dolor agudo suele estar asociado algún tipo de lesión o problema físico más reciente. El dolor crónico puede tener también una causa física pero, el fondo del problema contiene causas emocionales relacionadas con conflictos pasados que arrastran emociones como la ira, el miedo, la tristeza, la resignación, etc.
Todo empieza con escuchar tu cuerpo.
Cuando experimentamos dolor, una de las reacciones más habituales es rechazar esa sensación a toda costa. Este rechazo nos lleva a contraer los músculos y a generar tensión ocasionando un empeoramiento de la situación. Sin embargo, es en este preciso momento cuando tenemos que prestar más atención a nuestro organismo y observar el proceso siguiendo las indicaciones de las técnicas del mindfulness.
La observación integral nos ayuda a orientar nuestra atención para trabajar con el dolor. Con paciencia y perseverancia lograremos diferenciar los dolores físicos de los emocionales.
Vivir con cierto grado de dolor puede resultarnos muy complicado ya que nos generaría niveles altos de estrés y ansiedad. Es muy importante desarrollar habilidades que nos permitan enfrentarnos al dolor para poder reducirlo.
Una vez que tomamos consciencia con el mindfulness para los dolores, podremos trabajarlo. La atención plena no sólo nos servirá para identificar las zonas más rígidas y tensas de nuestro cuerpo, sino que también funcionará para relajarnos y soltar dicha tensión en aquellas zonas donde no tenemos ningún tipo de dolor. Todas estas sensaciones son semejantes a las ondas que se producen en un estanque con agua. Debemos dejarlas pasar, observarlas para luego orientarlas, es un paso crucial hacia nuestra propia sanación.
Cultivar la paciencia en el mindfulness para los dolores
Uno de los mayores problemas sucede cuando nos resistimos y luchamos contra el dolor, debemos hacer todo lo contrario, dediquemos el tiempo necesario para entenderlo y lograr así su liberación.
Lo segundo es reconocer nuestras emociones. Reconocer el dolor emocional nos ayudará a la comprensión, la compasión y la paz. Cuanto mayor sea nuestra comprensión hacia el dolor, más fácil nos resultará diferenciar entre el dolor físico y el sufrimiento.
Por último, es fundamental vivir en el momento presente. Vivir en el aquí y en el ahora, es donde únicamente podemos hacer cualquier tipo de cambio.
Cuando estamos en permanente estrés o sufrimiento es cuando salimos del aquí y del ahora. El mindfulness nos enseña a estar en el momento presente con el dolor y a desarrollar una actitud mucho más positiva en la que damos una dirección completamente diferente a lo que sentimos.
Si aprendemos a soltar el pasado y dejamos de aferrarnos a unas ideas de futuro, podremos empezar a ver las cosas tal cual son, con una visión de más libertad que nos abre un abanico de posibilidades.
Artículo escrito por Santi Díaz